Fue durante el gobierno reformista de Marco Aurelio Soto,
en su segundo periodo presidencial (1881-1883) que se tomó la decisión de honrar
la memoria de los fundadores de nuestra nacionalidad, erigiendo sus imágenes en
bronce y mármol; para lo que se celebró un contrato entre El Gobierno de
Honduras y El Ingeniero Francisco A. Durini, para su realización en
Europa. Dicho contrato fue amparado mediante Decreto de fecha 27 de agosto del
año 1882, donde se determinó: “Levántese en La Plaza Principal de esta Capital,
una estatua ecuestre de bronce del Benemérito General don Francisco Morazán”
suscribiéndose para su cumplimiento dicha contrata el 29 de julio de ese
mismo año, entre Soto como representante del Gobierno de Honduras y Durini.
En el artículo 8 de dicha contrata se determinó que la
estatua ecuestre del General Francisco Morazán sería de bronce y la imagen del héroe
llevaría un uniforme completo de General de División en Campaña. Posteriormente
en el artículo 13 de dicha contrata se determina la elaboración de cuatro estatuas
de mármol de carrara que representarían las cuatro estaciones del año y mismas que
Durini haría colocar en la plaza como adorno, dándole mayor realce al monumento en honor a Morazán.
Adicionalmente se encargaron imágenes de José Trinidad Reyes, José Cecilio del
Valle y José Trinidad Cabañas, por estas obras y desde luego incluyendo la
imagen de Morazán, el gobierno de Honduras acordó un pago de 27 mil pesos, desglosados
en mensualidades hasta la entrega de las obras.
Y como anteriormente ya habíamos mencionado en el artículo sobre Francisco Morazán donde aclarábamos las dudas sobre su origen, tanto los términos de pago como el resto de la
documentación se encuentran en La Biblioteca de Paris, así mismo se encuentran varios artículos relacionados en
los periódicos de Honduras e Italia de aquella época, convirtiéndose en
testimonios irrefutables que confirman la autenticidad de las obras que adornan
la capital de nuestro país desde hace más de un siglo.
Las Cuatro Estaciones
Las estatuas que simbolizan las cuatro estaciones están
representadas por deidades de La Mitología Griega de la siguiente manera:
Invierno
Representado por Cronos o Crono, era el principal
de la primera generación de Titanes, descendientes de Urano (cielo) y
Gea (tierra), normalmente se le representa con una hoz o guadaña, misma que uso
para castrar y destronar a su padre, en Atenas solía celebrarse en su honor la
fiesta llamada Cronia para festejar la cosecha.
Primavera
Representada por Perséfone, hija de Zeus y Deméter,
joven doncella también conocida como
Kore, fue raptada por Hades (dios del inframundo), con su rapto la vida en la
tierra se detuvo, mientras su madre la buscaba desconsolada, al ver la agonía
de la tierra Zeus obligo a Hades a devolver a Perséfone, para lo que envió a
Hermes para su rescate, valiéndose de artimañas Hades la hizo comer granos de
granada (alimento de los muertos), obligándola a volver al inframundo cada año (un mes por
cada semilla que comió). Cuando Perséfone estaba al lado de su madre en la tierra florecía
toda la vegetación, pero cuando volvía al lado de Hades la tierra nuevamente se
volvía estéril, dando así origen a La Primavera.
Otoño
Representado por Dioniso, hijo de Zeus y Sémele, es
el dios de la fertilidad, del vino, de la agricultura y el teatro, se le conoce
como “El Libertador” ya que libera del ser normal, mediante el éxtasis, la locura
y el vino. Se dice que cuando los gigantes escalaron el cielo, Dioniso luchó contra ellos con valentía tomando la forma de un león, así mismo emprendió la
conquista de La India sin derramar gota alguna de sangre, pues se sometían a la voluntad del dios que les enseñaba a cultivar La Vid, y les daba leyes buenas y
justas, también simboliza la lucha de vivir, dotaba de fuerza y alegría a los
humanos, exaltando el optimismo y el placer.
Verano
Representado por Deméter, hija de Los Titanes Cronos
y Rea, hermana mayor de Zeus, se dice que daba al hombre el grano, lo que les
diferenciaba de los animales, conocida como la diosa de La Tierra Madre, quien
proporcionaba los frutos del campo, se le suele representar como una mujer de
aspecto majestuoso, con una corona de espigas con una amapola o una hoz en la
mano.
Esperamos este post hay sido de tu agrado, y de igual forma
esperamos que la próxima vez que visites el centro de Tegucigalpa, te
detengas un poco a observar tu entorno y disfrutes de estas obras históricas
que engalanan la plaza central junto con la estatua del General Morazán.
*Nota: hemos colocado las imágenes según las placas que se encuentran a sus pies, sin embargo debemos aclarar que en el casos de las deidades femeninas a la que se le atribuye como primavera lleva una corona de espigas como normalmente se describe en la mitología a Deméter, así que dejamos abierto el debate, de si es un error al colocar las placas o no*
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