Viva el Pino por siempre en la tierra,
Que benigna la vida nos dio,
Y por siempre se muestra imponente
A los besos radiantes del sol,
Viva el pino color de esmeralda,
Con su suave y melifluo rumor
Que después de arrullar nuestra cuna
Con amor nuestra infancia arrulló.
SOLO
Es bendita la sombra insegura,
Que en las ásperas sendas regó,
Y es bendito su tronco que abrigo
Compasivo brindó al viajador
Su madera olorosa es bendita
Como el suelo que dióle calor
Pues palacios y chozas y templos
Con sus fibras el hombre formó.
SOLO
Nuestra tierra su vida y la nuestra
Paralelas y aun tiempo creó,
Nuestro hogar su existencia recuerda
Y los campos los llena de olor.
Su madera la estufa alimenta
Crepitando en un trémulo son,
Y entre tablas de pino es que llevan
Nuestro cuerpo ya muerto al panteón.
Letra: Luis Andrés Zúniga
Música: Rafael Coello Ramos
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