Sin dudas la edificación más
emblemática del casco histórico de la capital es La Catedral, por eso el día de hoy hemos querido compartir un poco
de su historia, datos que vale la pena conocer y compartir.
Breve Historia
La construcción de La Catedral
Metropolitana como tal inició en 1765, a iniciativa del Padre José de Simón
Celaya y Cepeda, esto a raíz de la reciente pérdida del Templo dedicado a la
Villa de Tegucigalpa, en un incendio, se dice que el Padre Celaya sintió cierta
culpa por aquel siniestro puesto que él había dejado encendidas las velas que
se encontraban cerca de las cortinas, aquel siniestro ocurrió en horas de la
madrugada por lo que fue imposible evitar que el templo fuese consumido por las
llamas. El Presbítero era miembro de una familia adinerada de Tegucigalpa, por
lo que su madre la señora Mariana Cepeda donó un terreno ubicado al oriente con
la finalidad que construyera un nuevo templo que reemplazara a la antigua
parroquia.
Con la autorización del Obispo Diego Rodríguez de Rivas y Velasco, se
inició la construcción para lo que se contrató al arquitecto de origen
guatemalteco José Gregorio Niancanceno
Quiroz, iniciando dicha construcción en 1765 como consta en la placa de piedra
que se ubica en la entrada de la catedral. El Padre Celaya también contó con el
apoyo de otras familias adineradas, así como de los vecinos quienes también
colaboraron con mano de obra, halando agua, cal, piedras y otros materiales
necesarios para la construcción.
Arquitectura y Diseño
Su arquitectura de estilo
barroco, con una estructura de unos 18 metros de altura, unos 11 metros de
ancho y 60 de largo, consta de una entrada principal y dos laterales que dan a
los patios norte y sur, dos campanarios, una sola nave abovedada, con una
cúpula de unos 30 metros de altura. Su frontispicio con un altar de piedra
donde se encuentran Los 7 Arcángeles
con columnas almohadilladas.
El tallista de origen
guatemalteco Vicente Gálvez y algunos miembros de su familia fueron los
encargados de la elaboración del retablo mayor, el pulpito y su tornavoz con el
carro de Elías El Profeta, la imagen del Cristo de Animas, así como los altares
laterales. La pintura de frescos y otras obras
estuvieron a cargo del pintor hondureño José Miguel Gómez.
A inicios de 1782 el templo
estaba casi listo, sin embargo Cepeda no pudo ver culminada la obra por motivos
de salud, y fue el presbítero Juan Francisco Márquez quien le sustituyó, este
fue quien invitó al Obispo de Comayagua Monseñor Antonio de San Miguel para que
asistiera y presidiera la consagración
del templo al patrono de la Villa, San Miguel Arcángel. El 29 de septiembre de
ese año a las 11:00 a. m. se llevó a cabo la ceremonia de consagración, en la eucaristía
participaron El Presbítero Márquez, El Presbítero Ártica del Convento de San
Francisco y El Vicario de Los Mercedarios de La Iglesia de La Merced.
Monumento Nacional
La Catedral fue declarada Monumento Nacional, en julio de 1967 mediante
Decreto Legislativo N° 8, gracias a la petición realizada por Monseñor Héctor
Enrique Santos Hernández, en aquel entonces Arzobispo de Tegucigalpa ante El
Congreso Nacional de Honduras. Y no cabe dudas que hoy por hoy La Catedral
Metropolitana es uno de los sitios más visitados por los turistas locales y
extranjeros gracias a su riqueza arquitectónica, cultural, artística e
histórica, todo un símbolo de religiosidad y cultura para la capital.
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