Cada dÃa es más frecuente ver que abren iglesias evangélicas, de hecho ya no se sabe que hay más, si pulperÃas o iglesias y ojo que no lo digo con la intención de ofender a quienes profesan esta creencia, pues estoy de acuerdo con la Libertad de Culto, pero tengo la seguridad que son muy pocos los lÃderes religiosos que en realidad cumplen con el papel que les corresponde y no forman parte del grupo que mandan a sus feligreses a venderles donas o a pedirle dinero a los vecinos de “X” comunidad como ofrenda a la “iglesia de Dios”, o más bien para comprarse carro, casa, etc. pues según dicen ellos la iglesia debe mantenerlos. Pero el colmo de todo es ver que en muchas de estas iglesias después de realizar sus actividades, como venta de comida, ni siquiera tienen la decencia de levantar los desperdicios, contaminando el ambiente como si es que la naturaleza no mereciera respeto, como si ellos no supieran que la naturaleza también fue creada por Dios.
Entonces puedo decir con fundamentos que son obvios, que casi ninguna de estas sectas a las que llaman iglesia, ya sea evangélica, mormona, etc., se toma la molestia de inculcar a sus feligreses un verdadero amor al prójimo, respeto por la naturaleza o valores morales. ¿Porqué no se dedican a hacer obras para ayudar a la comunidad?, incluso podrÃan rescatar niños de la calle, pero lamentablemente no es asÃ, en el caso de La Iglesia Católica sabemos que en suelen visitar enfermos, asilos de ancianos, hospitales y hasta prisiones, pero y los demás?.
Podemos confiar en los pastores de estas sectas que antes, durante y después del golpe de Estado en lugar de ponerse de lado del oprimido, del violentado, del pobre, optaron mejor por el servilismo al dinero, al déspota inhumano que es capaz de asesinar, robar, mentir, con tal de no perder el nivel corrupto de vida que llevan. A Dios gracias La Conferencia Episcopal ha sacado la cara por La Iglesia Católica poniéndose del lado del pueblo como debe ser.
Esto es un reclamo a todas y todos los lectores y visitantes de este blog, especialmente para aquellos que asisten con frecuencia a cualquier iglesia o secta, me gustarÃa que compartieran esta inquietud y que sin duda pudieran demostrarme que, quien está mal soy yo; (aunque lo dudo), y si quieren comprobarlo con sus propios ojos, solo es que se den un vueltecita por los establecimientos religiosos más cercanos de su barrio o colonia, pero nunca es tarde para cambiar asà que manos a la obra.
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